30 de enero de 2007

Mi rostro estaba mojado, salado y mohoso. Estaba segura que me encontraba en el mar  pero ¿por qué no nadaba?, nada encajaba.  Hay un olor fétido-quizás exagero- pero no era bueno, aunque, hubiera  podido a  acostumbrarme a ello, con mucho esfuerzo pero podría pero no pasaba lo mismo con  la viscosidad.  Y si bien en el Rey León apoyaba los adjetivos "viscosos pero  sabrosos" y hubiera compartido alimento con Timón y Pumba este no era el caso. 
La cara estaba pegote, quizás tenía basura de peces o de aves o de esos pelicanos que me asustan tanto, qué asco, qué ganas de vomitar....

"¡Tita, te quedaste dormida!"

Un grito fue lo suficiente para despertarme y encontrar una cabeza de a lo menos 8 dedos , negra, peluda y babosa. Si bien a mi nunca me han parecido feos los rotweilers debido decir que la nariz partida de Kayser  (nada grave, un accidente por moder un alambre) no lo ayudaba mucho, menos cuando estoy recién despertando por los gritos de la Dani. 

Recibo otro lengüetazo para estar 100%  consiente, me doy cuenta que estoy en el jardín, insolada y con la piscina repleta de papeles de psu.

"Mañana va a venir el caballero que la limpia, así que no te preocupes"
¿Por qué asumes que no me preocupo por los apuntes y si por la piscina?
"es que son de matemáticas"
ah. 

Eso es fe.