La tomo de las muñecas, el acto iba a ser más que una violación. La Desesperación iba a penetrarla de forma lenta para quedarse impuesta para siempre en ella. La beso en la comisura en los labios como señal de inicio, sólo podía implorar que esa persona la detuviera, que la salvara, que se... quedará.
No te voy a soltar.
Desángrate.
Mientras más se te resistes parece que entro mejor.
A pesar de dos intentos fallidos, la introducción del tercero le regalaban el más absoluto de los placeres, dominar, otro, cuerpo. La Desesperación ya estaba en ella eréctil, dura y fría. Con el rostro de ella besando propia su cara.
Quedo lanzada en un rincón con la respiración entre cortada No había nadie al alrededor pero sí voces que se escuchaban a lo lejos. Sólo una pregunta se configuro en ese instante ¿Cómo podría explicar que la habían violado, adentro?.
Todo parecía más muerto que de costumbre pero nunca tanto como ella.
