Entre ayer y hoy he estado más sensible, también, más negativa. Esgrimo las dos por falta de cuidado al tomarme pastillitas para los "trulús". Más sensible porque lloro por cada noticia triste (y cuma) que da la tevé, más negativa porque vomito odio gratuito por temas viejos y no resueltos.
Ayer me grabé denostando (molestando) a alguien que siempre me ha caído mal pero no fue por ella sino por un conocido que tenemos en común. Ese es el problema. Da lo mismo grabarse actuando o haciendo una sátira de cualquiera- me dice mi conciencia- pero debe ser por "apatía real" a la persona atacada, NO para hacer sentir mal a otro porque sino finalmente el pelambre denostador es cobarde y pierde su gracia. (Honestidad con uno mismo)
Una larga vuelta argumentativa del porque no me sentía tranquila con mi siempre bien aceptado jeiterismo.
En fin, entre tanto vaiven de búsquedas de causa recordé una frase de V de venganza que sirve para la ocasión.
“El ruido depende del silencio del que procede. Cuanto más absoluto es éste más escandaloso es aquél”
Por supuesto copié y pegué (ni que me diera pa' tanto). Me da verguenza compartir frases (aunque cursimente las colecciono) pero esta es precisa (o por lo menos me hace sentir más tranquila).
No me justifico, aclaro. Me aclaro. Me calma la ansiedad. Y además me recuerde que nunca debo dejar de tomar una semana los fármacos porque bueno...bleh.
¡Ah! si a pesar de todo quería escribir(me) que de alguna u otra forma me enorgullece aceptar la falta de químicos de mi cerebro, siento que aceptar una depresión (endógena como le dicen los tatas) es lo mismo que asumir que tengo problemas en la articulaciones de mi rodilla izquierda, que al costado de mi nariz quiere salir una espinilla y que me da alergia los pelos de mis gatos. Es así de simple, así de incomodo, así de mío.
