6 de marzo de 2016


No creo que nos haya faltado días en San Pedro, quizás, plata. Ibamos con 400 luquitas. El problema es que al momento -al fin- de adoptarnos y darnos cuenta que no necesitábamos tantos tours para movernos se nos acerco el Invierno Altiplánico. Ahí sí que teníamos que correr.En realidad, yo tenía que. 
La Fa, mi amiga y patner en este viaje (y de la vida) es más calmada, más ligada a observar. Ella con lo bacán que es podría disfrutar mirando lo que pasa en la plaza mientras tomaba un helado. En cambio la que escribe es problemática. Mis intenciones estaban lejos de la plaza y de pasear "por ahí", la cabeza me juega malas pasada cuando estoy mucho rato estática.  Sabía que este viaje debía ser 100% en movimiento. Mi meta no era descansar sino para conocer. 

Cuando se llueve San Pedro, el pueblo se paraliza y eso significa un día -a lo menos- de quedarnos ahí, sólo mirando. No. Eso es demasiado para mi. Lo bueno es que la Fa es aperrada, le gusta la naturaleza y quería vivirlo todo. Si bien una que otra vez, me lanzaba un palito de que teníamos que tomarnos todo con calma, siento que lo gozaba al igual que yo, quizás a ella le faltaron días de carrete pero bueno...
                       .
Creo que estos serán párrafos de auto acusación (pero sin arrepentimientos) de mañas viajeras que tengo y de lo agradecida que estoy con mi linda compañía. 

Alojamiento.

Se podía ir a San Pedro a acampar o a compartir piezas, ambas son las formas ideales para abaratar costos. La primera era perfecta para nosotras pero nos faltaban los implementos. Dejamos para última hora la estadía y eso nos paso la cuenta.  No conocimos los camping pero por lo que nos contaron estaban bien mantenidos,  tenían un valor de 2000 y 3500 pesos diarios. 

La otra opción era compartir pieza con desconocidos en una Hostal, nuestra hostal dejaba 10.000 pesos cada cama. Aquí yo- nuevamente- fui reticente, soy desconfiada por naturaleza ¿qué puedo hacer? Es una tarea pendiente que tengo conmigo.
A pesar de todo no pagamos tanto, 15 cada una en una pieza privada doble con baño compartido, creo que fue lo mejor. Incluso la Fa me comentó que le pareció practica la decisión pues la comida la dejábamos en la misma pieza y no en la cocina por lo que nunca tuvimos problemas en confundir alimentos. 


Alimentación.

Sí, comida, viajamos de Santiago cargadas con 7 atunes, 2 cuscus, 1 puré, 4 galletas dulces, muchas cajas de galletas saladas, sopas, 3 fideos y lo que fuera que encontramos en la casa.  Este ítem también fue principal en nuestra ahorro viajero. Llevar comida. nos salvó, aquí la hicimos, nos aplaudo y nos doy muchos premios. Porque pucha que ahorramos plata y sólo una vez nos dimos el lujo de comprar un heladito. Ningún presupuesto universitario aguanta los precios de San Pedro. Ojo que hay lugares baratos y picás para comer pero habíamos decidido invertir en tours . 




Tours.

La verdad es que creo que aquí fue nuestro error, no atrevernos con dos lugares  de fácil acceso que son: El Valle de la Luna y La Quebrada del Diablo. Ambos están cerca (cuarenta minutos) se puede ir en bicicleta (un arriendo de 6000 pesos por 6 horas), son lugares tan bonitos que estar a ritmo de un guía por lo menos aquí es muy poco recomendable. Nosotras conocimos el Valle con cabalidad pero aún así sentimos que nos falto tiempo para encontrar- aún más- nuestro espíritu outdoor. Debes sacar al andinista que llevan dentro pero con todo si no  ¿para qué el viaje, verdad?.

 Creo que lo principal es: 

1. No tener miedo, ya que todos están en la misma. Todos se ayudan entre todos.
2. Ir temprano porque realmente lo más peligroso, de a lo menos, ese recorrido, es el sol.
3. Comprar MUCHA agua.
4. Estar atenta a la hora que abren cada lugar. El Valle de la Luna abre a las 9 de la mañana.
5. En ambos lugares se pagan entrada. $2000 adultos y $1500 universitarios con credencial tercera edad $1000. 
Clima.

Fuimos en verano, del 17 de febrero al 27 (creo).  Una amiga de mi amiga Fa, había ido en Enero y por mi parte mis primeros años la pasé en Calama, entonces- según yo- algo estaba relacionada con el clima. Ambas, sin conocernoss, creo que le endosamos nuestro pánico al frío a la pobre Fabiola. ¿Habrán sido 7 o 8 calzas que llevó?, además de sus dos -amadas-chaquetas. ¿Les sirvieron? Sí, pero sólo en una ocasión. En los Gayser del Tatio pero no por todo el tour sólo las primera 4 horas (aunque no deja de ser, estamos hablando de las 4 hasta las 8 de la mañana). 

 Estábamos a una temperatura de 3 grados, muy agradable si pensamos que llega bajo 6. Claro, hacía frío pero no fue lo que esperaba, quizás mis cuatros pares de calcetines, la chaqueta térmica , las dos poleras de polar y dos pantalones hayan apaciguado mi estado. Se que se lee irónico pero no es así, el miedo que teníamos era terrible pero a pesar de todo creo que ninguna vivió tanto la "helá"  como esperábamos (lo que esta muy bien).

A la hora de dormir, por lo menos en verano, no es necesario nada de lo anterior y en realidad en ningún otro tour. Ir con la mochila/ maleta cargada con ropa sería sólo por este tour. ¿Volvería la Fa ir con la maleta repleta? demás que sí ¿quién quiere ir a matarse de frío? nadie .